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El pasado 14 de noviembre se conmemoró el Día Mundial de las Diabetes. Una de las enfermedades con mayor prevalencia desde hace algunos años tanto en México como a nivel mundial. Hace un par de años, Pedro un hombre de 45 años de edad, fue diagnosticado con Diabetes Tipo 2, ahora, forma parte de los 537 millones de personas entre 20 a 79 años de edad con diagnóstico de diabetes en el mundo, cifra que se estima aumente a 643 millones para 2030, y en la que México ocupa el octavo lugar de casos, esto de acuerdo con datos de la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) publicados en 2021. La diabetes es considerada un trastorno metabólico crónico en el cual existe una alteración de la liberación de una hormona llamada insulina que proviene del páncreas, lo cual conduce a la hiperglucemia, es decir, elevados niveles de glucosa (azúcar como comúnmente se conoce) en la sangre (Brutsaert, 2022). Todo esto se ha clasificado como un desorden metabólico de causas multifactoriales pero que se caracteriza además por una alta ingesta de alimentos con alto contenido de carbohidratos, grasas y proteínas, lo que se conoce como dieta hipercalórica, que se acompaña con un alto grado de sedentarismo por parte de los pacientes diabéticos (Reed, Bain, & Kanamarlapudi, 2021).
De acuerdo con los datos de mortalidad reportados por el INEGI (2022), para 2020 se reportaron 1,086,743 fallecimientos en México, de los cuales 14% (151,019) correspondieron a defunciones por diabetes. De estas, 52% (78,922) ocurrieron en hombres y 48% (72,094) en mujeres, dichos indicadores posicionan a esta enfermedad como una de las 3 principales causas de muerte en nuestro país. La tasa de mortalidad por diabetes muestra una tendencia al alza, lo que evidencia el creciente impacto de la diabetes en la sociedad mexicana. Del total de fallecimientos 98% (144,513) fueron por diabetes no insulinodependiente esto quiere decir que el tipo de diabetes de estos casos fue de tipo 2 (DT2), mientras que el 2% restante (3 506) fue debida a diabetes Insulinodependiente (mejor conocida como Diabetes tipo 1) al cuál se define por una ausencia de producción de insulina debido a la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas; en contraste, la DT2 se describe como “una agrupación de trastornos caracterizados por grados variables de resistencia a la insulina, menor secreción de dicha hormona y una mayor producción de glucosa hepática” (Powers, Niswender, & Evans-Molina, 2018).
La probabilidad del desarrollo de la DT2 está fuertemente relacionada por una serie de factores de riesgo. De acuerdo con las pautas de práctica clínica para el diagnóstico de la DT2 de la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos y Colegio Americano de Endocrinología se consideran los siguientes factores (Handelsman et al., 2015):
• Sobrepeso u obesidad: Se sabe que la obesidad puede incrementar un 90% el riesgo de padecer DT2, la mayoría de los pacientes diabéticos presentan obesidad o sobrepeso.
• Un incremento en los niveles en sangre de Colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-C <35 mg/dL y/o un nivel de triglicéridos > 250 mg/dL. Esto generalmente se encuentra relacionado a malos hábitos alimenticios.
• Estilo de vida sedentario, es decir, tener un estilo de vida con poca actividad física.
• Índice de masa corporal (IMC) > 30.
• Edad ≥ 45 años sin otros factores de riesgo.
• Antecedentes de algún tipo de enfermedad cardiovascular (es decir, enfermedades relacionadas al corazón) o antecedentes familiares de DT2.
Otros factores están relacionados a condiciones preexistentes en el paciente, como por ejemplo el síndrome de ovario poliquístico, hígado graso no alcohólico, antecedentes de diabetes gestacional; o la exposición a tratamientos farmacológicos prolongados de analgésicos esteroideos.
En pacientes diabéticos, las complicaciones de la enfermedad pueden propiciarse debido a un mal manejo y control de niveles glucosa en sangre. Las principales complicaciones son de tipo microvascular, cardiovascular, y disfunción de la respuesta inmune (Brutsaert, 2022; Goyal, & Jialal, 2022), esto es:
a) Complicaciones de tipo microvascular: se refiere a la retinopatía (alteraciones en la retina ocular), la nefropatía (alteraciones en el funcionamiento de los riñones), neuropatías (deterioro en el sistema nervioso que induce dolor en los pacientes) así como lesiones de la piel.
b) Complicaciones de tipo cardiovascular: se refiere a infartos al corazón y cerebrales.
c) Disfunción del sistema inmunológico: Existe una mayor susceptibilidad a las infecciones bacterianas y fúngicas (ocasionadas por hongos) como resultado de una disfunción del sistema inmunológico que se ve afectado por la hiperglucemia y deficiencia de la producción de insulina.
Además, las complicaciones presentadas en pacientes con DT2 son de relevancia para el sistema nervioso central. Ejemplo de ello es el alto riesgo de sufrir complicaciones microvasculares que ocasionan infartos cerebrales. En general existe evidencia neurofisiológica y de comportamiento que apunta a la presencia de perturbaciones cognitivas como son la pérdida de memoria de corto plazo, la atención y concentración a realizar actividades de la vida diaria. De hecho, se le ha otorgado la denominación de encefalopatía diabética a las complicaciones en el sistema nervioso central consecuencia de la patofisiología y complicaciones de la DT2 (DeFronzo, et. al., 2015).
Por todo lo anterior la Diabetes tipo 2 se ha convertido en la nueva pandemia de este siglo, no porque sea transmitida por contagio de un virus o microorganismo, sino porque es una enfermedad con una alta incidencia en la población mundial y sobre todo en México, ocasionada principalmente por el exceso en el consumo de alimentos empaquetados con altos niveles de carbohidratos y grasas, por un sedentarismo relacionado a la vida rutinaria que conlleva prácticamente a una nula actividad física y por los malos hábitos alimenticios. Los altos índices de mortalidad inducidos por esta enfermedad nos llevan a reflexionar en nuestros hábitos de vida e identificar los aspectos que podemos cambiar para evitar padecer esta enfermedad que es la nueva pandemia del siglo XXI.