Por: Alberto Vinicio Jerezano Domínguez, Ismael Juárez Diaz, Diana Del Carmen Pazos Guarneros, María de los Ángeles Nieves Gómez.
Palabras claves: NIEBLA MENTAL, POST-COVID19, MEMORIA
La memoria explícita es la capacidad de la representación de eventos y conocimientos previos que es accesible a la conciencia y que puede ser manipulada por la atención y la función ejecutiva. Dentro de la memoria declarativa se distingue una estructura organizada de memoria episódica y memoria semántica. La episódica es el recuerdo de eventos en un contexto espaciotemporal claro (como cuando se recuerdan eventos autobiográficos con un sentido diferenciado de experiencia personal, tiempo y lugar), mientras que la semántica es la capacidad de recordar y aplicar significados, hechos y conocimientos sin contexto espaciotemporal (como cuando recordamos que el Popocatépetl es un volcán de Puebla, sin ningún sentido de tiempo y lugar en donde se adquirió tal conocimiento). El proceso para adquirir la memoria semántica es lento, e incluyen regiones neuronales en el cerebro que se asocian en una red bien organizada, como se puede observar en la Figura 1. Esta red forma parte de un sistema a gran escala que se encuentra activo durante el estado de reposo y el flujo de conocimiento espontáneo que permite almacenar información importante y descartar la que no es relevante. El Lóbulo Temporal Medial (LTM), el hipocampo, la amígdala, los núcleos centrales, laterales, mediales, basales y del tracto mamilotalámico son un conjunto de núcleos celulares especializados del cerebro, encargados del establecimiento y el mantenimiento de la memoria (Mashour & Pryor, 2021).
Se tiene evidencia acerca de que existen múltiples vías potenciales por las cuales fármacos como los anestésicos, que inducen pérdida de la sensibilidad y la consciencia, podrían interferir en la memoria y causar amnesia. Es por ello que la comprensión moderna de la estructura, el funcionamiento y la organización de la memoria humana viene profundamente determinada por el estudio de la amnesia. No obstante, existen estudios controlados en los que se muestra que los fármacos pueden llevar a un efecto favorable en el proceso de recuperar y mantener los recuerdos (Mashour & Pryor, 2021). Interesantemente, los fármacos quimioterapéuticos empleados en el tratamiento del cáncer podrían inducir problemas de memoria en los pacientes, a este hecho lo han denominado Niebla química. Consecuentemente, se han reportado varios mecanismos por los cuales se puede presentar esta disfunción cognitiva en pacientes por quimioterapia, de las cuales, una de ellas es: la inflamación de neuronas, el estrés inducido por la generación de radicales libres y las alteraciones en los procesos de comunicación neuronal (Rao et al., 2022).
Una parte de la población que se enfermó por COVID-19 presentó signos y síntomas que fueron desde leves a severos. Algunos pacientes con síntomas agudos dieron origen al término secuelas Post-agudas del SARS-CoV-2 o pacientes que continúan enfermándose recurrentemente por Covid ¨Long COVID¨ (Covid largo). Los posibles síntomas y síndromes neurológicos asociados con el SARS-CoV-2 incluyen dolor de cabeza, fatiga, mareos, anosmia, convulsiones, alteración de la conciencia, hemorragias, meningoencefalitis, accidentes cerebrovasculares (Nordvig et al., 2021) así como, problemas pulmonares, cardiacos, renales, tiroideos y niebla mental. (Garrigues et al., 2020; Naguib, 2022), entre otros que se siguen estudiando. Datos obtenidos en autopsias de individuos que murieron por cepas relacionadas con el SARS-CoV y pacientes con resfriados comunes como HcoV-229E y HcoV-OC43 expresaron síntomas similares. Los mecanismos de la enfermedad neurológica pueden ser similares a los de otros coronavirus. La infección neuronal por coronavirus no es fenómeno nuevo, el receptor de ACE2 (Enzima Convertidora de Angiotensina 2) es la vía de entrada en las células del Sistema Nervioso Central (SNC) tras la infección. En primera instancia, la directa inoculación del bulbo olfatorio a través de la lámina cribiforme puede introducir el virus al SNC (ver Figura 2) generando la aparición de citocinas proinflamatorias (tales como las: IL-1, IL-6, TNF-α) y quimiocinas, induciendo la migración rápida de células del sistema inmunológico (neutrófilos, natural killers, macrófagos, entre otros) que secretan enzimas llamadas proteinasas, las cuales son capaces de permear la barrera hemotoencefálica e inducir daño neuronal de circuitos que conectan con el hipotálamo. Además, se ha reportado que el hipotálamo juega un papel crítico para el mantenimiento de los cambios homeostáticos en la respuesta inmune a infeccione virales (Mussa et al., 2021). Por lo que un hipotálamo dañado podría inducir falla en la recuperación e interpretación de la información almacenada en el hipocampo (memoria de largo plazo) (ver Figura 1).
El término Brain Fog, niebla mental o niebla cerebral, es usado para describir la sensación de lentitud mental o borroso. Puede que se presenten dificultades para prestar atención o recordar lo que estás haciendo. Los pensamientos y respuestas pueden ser lentos. Es posible que se te presenten problemas para seguir las instrucciones o expresar los pensamientos con palabras. Puede que te resulte difícil tomar decisiones simples, planificar cualquier cosa o centrarte en más de una cosa a la vez. Esto se pone de manifiesto al mencionar las experiencias de personas que han experimentado una niebla cerebral relacionada con Long COVID dentro de las cuales se pueden mencionar las siguientes (Gross et al., 2023):
“No puedo mantener varios pensamientos… Si me digo a mí mismo que tengo que regar mis plantas, debo hacerlo antes de que me venga a la mente otro pensamiento porque de lo contrario lo olvidaré”.
“Tuve que terminar muchas llamadas telefónicas porque ya no podía comprender a los oradores ni comunicarme claramente con ellos”.
“No podía recordar cómo deletrear palabras, también descubrí que me faltaban palabras de las oraciones y, a veces, escribía cosas que no tenían sentido”.
“Me sentí perdido conduciendo y tuve que parar y encontrar mi posición en un GPS para poder conducir de vuelta a casa. Es una ruta que he hecho cientos de veces”.
“Puedo hacerle una pregunta a alguien y luego haré exactamente la misma pregunta 2 minutos después y no recuerdo que les he hecho, tampoco puedo recordar cosas importantes que hayan sucedido en el pasado”.
La niebla cerebral no es nueva y se ha estudiado en pacientes con trastornos inflamatorios, como la enfermedad inflamatoria intestinal. (Dadlani et al., 2023) En todo proceso infeccioso, el primer sistema en activarse es el sistema inmunológico, el cual a través de diversas moléculas de señalización se va a encargar de destruir o tratar de evitar la diseminación del agente patógeno responsable de dicha infección. Esta activación provoca un impacto directo en el sistema nervioso central que puede dar origen a múltiples cambios a nivel neuronal. A las moléculas encargadas de orquestar una respuesta estratégica se les conoce como “citocinas”, las cuales se encargan de establecer la comunicación celular para combatir al agente agresor. Si la función de las citocinas es adecuada, el organismo puede sanar. Sin embargo, si la respuesta es exacerbada se genera lo que los expertos mencionan como una tormenta de citosinas, lo cual genera síndrome respiratorio agudo severo (SARS-COV2).
La tormenta de citoquinas inducida por el COVID 19 estimula la producción de una gran cantidad de moléculas de señalización llamadas citocinas por los inmunólogos. Algunas activan la defensa, otras mantienen la respuesta activa y otras más se expresan para detener la respuesta. Si alguna falla, la comunicación entre las células de defensa no funciona adecuadamente y se generan daños o secuelas como la niebla mental. De ser así, podemos pensar que, probablemente el COVID-19 puede causar un compromiso neurológico a través de una lesión directa o indirecta (neuro-invasión), que afecta tanto a neuronas como células gliales e inducir diversas patologías neurológicas durante o posterior a la infección (Xie et al., 2022). El brain fog, o niebla mental, es uno de los problemas neurológicos descritos en la mayoría de los pacientes a corto plazo, que podría prolongarse en el Long-COVID. Aunque no es un problema severo o incapacitante de la vida, resulta incómodo para quien lo padece. En la Niebla mental o cerebral se experimenta dificultad para concentrarse y focalizar los pensamientos, lo cual puede afectar las capacidades de memorizar y el recuerdo diferido. En algunas ocasiones a este problema le siguen cefaleas, fatiga y sensación de hormigueo y adormecimiento en el cuerpo.
Si bien es cierto, existen varias circunstancias para presentar la niebla mental, por lo que, cabe destacar que estudios en pacientes post-COVID han mostrado asociación entre la infección por el virus y los problemas de memoria. Por lo que probablemente una de las secuelas de haber sido infectado por el virus SARS-COV2 es padecer de Niebla mental.